El procedimiento DSD en la actualidad comienza con la realización de un estudio fotográfico y de vídeo para analizar tu estética a nivel facial, gingival y dental. De esta forma, se busca el diseño ideal para ti a nivel de estética y función, definiendo el marco de sonrisa: línea labial, curva de sonrisa, forma de diente y características ópticas. A partir de ahí, sabiendo el resultado que queremos conseguir, se realiza una planificación multidisciplinar para conseguir llegar a dicho resultado. Al tratarse de técnicas digitales, es posible controlar al milímetro todos los movimientos y prepararaciones que es necesario realizar, por lo que nos permite una mayor predictibilidad en los tratamientos que la odontología convencional.

Antes de planificar el tratamiento, se te realizará una prueba directa en tu boca (mock-up), sin tener que alterar en ningún momento la superficie de los dientes o realizar preparación alguna. El mock-up permite por tanto previsualizar el resultado de una forma sencilla, rápida, no invasiva e indolora para el paciente. Para ello, se toma una llave de silicona de condensación sobre este modelo impreso y se rellena con resina bisacrílica y se procede a posicionarla sobre la dentadura original del paciente. Se retiran los excesos de acríluco y una vez fraguado se retira la llave de silicona. Es en este momento cuando se vuelven a tomar fotografías y vídeos para poder mostrarte el antes y el después del tratamiento. Una vez aceptado el diseño final tras la prueba del mock-up, es el momento de realizar la planificación de tratamientos multidisciplinar: prótesis, cirugía, periodontal, ortodoncia, restauradora, etc. Incluso es posible diseñar guías quirúrgicas adecuadas (férulas) para lograr la mayor exactitud posible en el tratamiento.